Las mujeres, que leen, son peligrosas


Stefan Bollmann rinde un sentido homenaje a las mujeres y confirma el excepcional poder que confiere la lectura.


Relegadas tradicionalmente a un papel secundario y a menudo pasivo en la sociedad, las mujeres encontraron muy pronto en la lectura una manera de romper las estrecheces de su mundo. La puerta abierta al conocimiento, la imaginación, el acceso a otro mundo, un mundo de libertad e independencia, les ha permitido desarrollarse y adoptar, poco a poco, nuevos roles en la sociedad. A través de un recorrido por las numerosas obras de arte que reflejan la estrecha relación entre libros y mujeres, Stefan Bollmann rinde un sentido homenaje a las mujeres y confirma el excepcional poder que confiere la lectura.


Ficha técnica

Título
Las mujeres, que leen, son peligrosas
Autor
Stefan Bollmann
Género
Ciencias Políticas y Sociales
Páginas
152
Fecha de publicación
10-04-2016
Maeva Ediciones
Alfaguara


Reseña

3 / 5

Es un libro en el que Stefan Bollmann nos muestra, a través de una fantástica selección de pinturas, ilustraciones y fotografías, la historia de la lectura femenina captada por Artistas desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Acompañándolas de unos comentarios personales, con los que su autor pretende ir más allá de su belleza artística, rindiendo un sentido homenaje a la figura de la mujer lectora.


Con un prólogo de Esther Tusquets, realmente interesante, en el que contextualiza el título de la obra, dándonos respuesta al interrogante… “¿Son realmente las mujeres que leen peligrosas?”. Haremos un breve recorrido histórico con el que se pone de manifiesto el excepcional poder que confiere la lectura, especialmente en la mujer, reflejando esa estrecha relación existente entre los libros y las mujeres.


De este modo, descubriremos cómo durante siglos se consideró que las mujeres no eran merecedoras de una educación intelectual, siendo relegadas a una vida anodina, apartadas de la cultura y de la vida pública. Siendo solo una minoría, las que pudieron tener acceso a la lectura y a la escritura, apropiándose de unos conocimientos, que hasta entonces estaban reservados para los hombres.


Indudablemente, el acceso a la lectura, supuso un gran avance para la mujer, otorgándole una mayor confianza y autonomía, que les permitiría desarrollar nuevos roles. Razón por la que desde el primer instante en el que se concibió la lectura como una posibilidad de cambiar la estrechez del mundo doméstico, fue concebido por los hombres como un acto subversivo en manos de una mujer. Dificultando su acceso a la lectura, coaccionándolas para que leyesen lo menos posible e incluso llegándoles a prohibir determinados libros. No hay duda de que en otros tiempos las mujeres lectoras eran peligrosas… ¡para los hombres!


Lo fueron en otros tiempos, ¿siguen siéndolo hasta hoy? A este y otros interrogantes responde este libro que, a modo de ensayo, analiza e interpreta, de un modo excelente y muy personal, una amplia colección de obras de arte, que evidencian el cómo históricamente la lectura ha tenido un significado especial y diferente para las mujeres.


Sin duda un libro exquisito y diferente que os animo a curiosear, en el que se combina el arte con la historia de un modo magistral.


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